lunes, 22 de diciembre de 2014

Cabañeros, ¿Parque Nacional de interés privado? 

Vaya por delante que ni soy técnico en medio ambiente ni biólogo ni gestor de parques naturales, nacionales, etc. Así que es probable que el contenido de esta entrada falle en las interpretaciones normativas y técnicas. Pero, como usuario-visitante del Parque Nacional de Cabañeros, en diciembre de 2014, y de nueve parques más de la Red de Parques Nacionales de España, me quedan una impresión compartida con otros visitantes y una opinión que trataré de expresar sucintamente.


Lince ibérico - Google Imágenes

Tanto la Ley 5/2007, de 3 de abril, de la Red de Parques Nacionales como la Ley 30/2014, de 3 de diciembre, que deroga a la anterior, subrayan la “finalidad primordial” de garantizar la conservación de estos espacios naturales por su condición de “buenos representantes del o de los sistemas naturales correspondientes” y por su “valor ecológico y cultural”. Por esa finalidad primaria no cabe sino congratularse, particularmente en un país como el nuestro, en el que un elevadísimo porcentaje de la población presupone que la libertad da derecho a usar las vías públicas y la naturaleza, es decir todo espacio que quede fuera de casa, sin condiciones ni responsabilidades.

La educación, en el ámbito familiar, y el sistema educativo aún deben ensanchar mucho más el concepto de “casa” (hogar). Muchísima gente, todavía, cree tener derecho a comportarse descuidadamente en nuestros edificios públicos, calles, plazas, parques, carreteras, ríos, playas, montes y campos porque, imagino, sienten que no están en su casa y porque ni reparan en que puedan ser distintas estancias de la casa de todos. Si, a esta falta de educación o déficit cívico de la sociedad española, añadimos la mentalidad mercantilista de que se puede explotar todo bien o espacio para obtener beneficios a corto plazo; entonces era preciso que la protección fuese la prioridad de la Red de Parques Nacionales de España.

Por otra parte, la Red también persigue “ordenar su uso y disfrute”, “fomentar el conocimiento de sus valores” y “promover la concienciación y la educación ambiental de la sociedad”. Por lo cual puedo entender la conveniencia, en este P.N., de que existan tantos recorridos de “visita guiada obligatoria”, siempre que el servicio de guía no deje de ser gratuito. Pero, por ejemplo, me cuesta trabajo entender que la Senda del Boquerón del Estena esté vallada al alcanzar el Arroyo del Maíllo, impidiendo continuar hasta Los Campillos o al Valle del Pero o a las Ciguiñuelas, y de ahí hasta la CM-4157. De la misma forma, por poner dos ejemplos más: cuesta entender que desde el paraje botánico-fluvial de la Torre de Abraham no pueda visitarse la Torre de Abraham, que debe de tener su interés panorámico; y cuesta entender que no se permita a los visitantes caminar más que unos cientos de metros por el Valle del Brezoso, en la zona del molino.

Esta impresión mía de hermetismo o impenetrabilidad del Parque Nacional de Cabañeros puede que sea compartida por muchos más visitantes-caminantes, aparte de los que han coincidido conmigo. Según los datos estadísticos de la Red del año 2013, este Parque se encuentra en el antepenúltimo lugar en número de visitas. Desplazarse cientos de kilómetros, para que te permitan transitar y ver tan poco, quizá no compense no ya al visitante sino al “empresario de turismo de naturaleza” (término empleado en el Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad 2014-2020). Recordemos que ahí al lado y mucho más accesible está Sierra Morena, que recorre el Estado de Oeste a Este, desde la Sierra de Aracena hasta la Sierra de Alcaraz, con sus espectaculares dehesas y su extensa masa de bosque mediterráneo… No sé, a lo mejor al turista-comodón, que espera que lo lleven a todas partes, le compense. Y al empresario y a los turistas de escopeta puede que hasta les convenga.

Al leer lo último podéis pensar que empiezo a desbarrar. Conforme a la normativa vigente de los Parques Nacionales, “en todo caso se consideran incompatibles la pesca deportiva y recreativa y la caza deportiva y comercial, así como la tala con fines comerciales”. Es verdad pero, entonces, cómo debe interpretarse el hecho de que el día 6 de diciembre de 2014 se celebrase una montería en una de las fincas privadas que se encuentran dentro de los límites del Parque Nacional de Cabañeros. Porque, en mi nula experiencia cinegética, entiendo que una cosa es controlar las poblaciones de las especies animales y otra muy distinta organizar una montería. Y me parece que una montería no tiene “utilidad pública” ni “interés social” ni contribuye sustancialmente al “desarrollo socioeconómico” del entorno (Ley 30/2014, de 3 de diciembre. Artículo 36.2.), aunque para el titular de los derechos de la finca seguramente tendrá un interés económico considerable.

Supongo que estas cosas han ocurrido siempre en la España reconquistada, la España de los latifundios y de los terratenientes de rancio abolengo. Así que supongo, que la protección de determinadas propiedades y la intimidad de ciertos cortijos y palacios particulares debe de ser otra de esas cuestiones de interés nacional tácito. Si esa fuese la razón del hermetismo, el Patronato del Parque Nacional de Cabañeros tendría que explicarse públicamente y acto seguido tendría que abrir el Parque más al visitante-caminante, al turista activo, que suele ser mucho más respetuoso con la naturaleza –que otros– y que no va a dejar de pagar sus facturas de alojamiento, compras de productos de la zona, restauración y servicios de cualquier tipo. 

Buitre negro - Google Imágenes

Cabaña de pastores - Google Imágenes

Ciervos en La Raña - Google Imágenes

Fósiles de crucianas y gusanos marinos - Google Imágenes

Grullas - Google Imágenes

La Raña - Google Imágenes

domingo, 24 de agosto de 2014

New York City Roller Skating - 2 


Civic Center - Brooklyn Bridge - Brooklyn Heights & Park - Brooklyn Bridge - Civic Center - China Town - Greenway Bike Path - East River Park - Stuyvesant Cove Park - 34th Street - 8th Avenue - (14 agosto, 2014)



Seaport. Lower East Side Manhattan

Brooklyn Bridge. Manhattan, al fondo

Tras la experiencia del sábado, nos proponemos callejear por los carriles bici y cruzar el East River para recorrer la parte más antigua de Brooklyn -incluido el famoso paseo que mira al río- y probar las pizzas de un restaurante del que nos ha hablado más de un habitante de la ciudad y más de un viajero.


Carril bici sobre el puente

Borough Hall. Brooklyn

Parecía descabellado salir del hotel con los patines puestos, de manera que con ellos al hombro viajamos en metro al Bajo Manhattan. Pasamos la mañana en la zona del "One World Trade Center" y, antes del mediodía, estamos poniéndonos los patines en el City Hall Park con bastante impaciencia. El paso peatonal y carril bici del Puente -colgante- de Brooklyn (1883) parte de ese punto del Centro Cívico, a más de 600 metros del río.


Callejeando por Brooklyn Heights

Stoops en Remsen Street

El paso eleva progresivamente a los transeúntes por encima del tráfico. El piso de tablones de la parte central, no excesivamente molesto para un patinador acostumbrado a la calle, ofrece cierto confort y un contrapunto chocante entre tantos miles de toneladas de acero y de granito. Las vistas y el hecho de que Walt Whitman transitase por él matizan ese aire romántico, infrecuente en las construcciones de acero.


Co-op en Remsen Street

En la parte alta de Brooklyn, entre el Borough Hall y el Promenade, reconocemos las agradables calles sombreadas por las acacias, los arces y los tilos; y los brownstones (edificios de apartamentos de piedra arenisca) con sus stoops (entradas con escalinata). En la Calle Remsen, con mayor sorpresa, tenemos que detenernos ante la fachada de un co-op de ladrillo (de 1929) con una portada neo-renacentista, aparentemente.


Lower Manhattan desde Brooklyn Heights Promenade

123, Hicks Street

Salimos a Brooklyn Heights Promenade, desde donde terminamos de ordenar el álbum de imágenes de Manhattan acumuladas en la memoria cinematográfica. Este paseo nos conduce a la zona, más turística, de Brooklyn Bridge Park. Antes, es preciso descender por una pendiente larga y pronunciada, no recomendable para patinadores que no hayan practicado mucho los desniveles. Al final, en 1, Front Street (esquina con Old Fulton), nos espera el objetivo gastronómico del día.


Cola para entrar a Grimaldi´s

Grimaldi´s Coal Brick-Oven Pizzeria


Regreso a Manhattan


East River, entre Manhattan Bridge (izda.) y Brooklyn Bridge (dcha.)

Grimaldi's Coal Brick-Oven Pizzeria sigue haciendo la pizza tradicional neoyorquina, en horno de carbón. Su fama no defrauda. Haces exactamente media hora de cola, como te han contado; una vez dentro, te atienden rápido aunque el aroma de las masas y las salsas hace difícil la espera; y el tamaño, la mozzarella, la corteza ahumada del borde, ... ¡Mmm! Sí, son exactamente como te han contado. La media hora de cola está justificada.


Buscando un skate park

Paseo del East River Park

Alcanzando la Calle 34 Este, final de la ruta periurbana

Aunque para volver teníamos previsto montar en metro, la riquísima comida y los refrescos de frutas -fruit punch- nos animan a regresar patinando por la orilla opuesta del East River. Cuánto nos alegramos de hacerlo. A la salida del puente, tenemos que abandonar el Civic Center, atravesar un sector de China Town y bajar hasta la ribera. Desde ahí, con absoluta comodidad, seguimos el carril bici, que nos lleva por parques y polideportivos hasta la Calle 34. El carril acaba a esa altura. No nos importa porque esa es la calle que lleva a la esquina de nuestro hotel, en la 8ª Avenida.

Ruta por Manhattan y Brooklyn



Ruta alrededor de Midtown y Downtown Manhattan: - 8ª Avenida (esquina con la Calle 34) - Calle 42 - Hudson River Park - Battery Park - Greenway Bike Path - East River Park - Stuyvesant Cove Park - Calle 34 - 8ª Avenida


Esta es la ruta que habríamos hecho si hubiésemos tenido sólo un día más:

Ruta alrededor de "Midtown" y "Downtown" Manhattan


sábado, 23 de agosto de 2014

New York City Roller Skating - 1 


N.Y.C., repleta de claroscuros en todos los sentidos, brinda al viajero muchos más claros que oscuros. De la variada oferta de atracciones, distracciones y medios de locomoción -gratuitos y de pago- hemos comprobado que el patinaje permite cubrir muy bien las distancias de esta ciudad y disfrutar más de los paseos kilométricos a los que nos hemos obligado, con gusto, para conocer sus distritos, barrios, parques y plazas.

Manhattan (vista Sur), desde Top of the Rock - Rockefeller Center

No estábamos seguros de que una urbe tan ajetreada permitiese practicar esta forma de turismo con comodidad. Una amiga neoyorquina me había advertido de la densidad del tráfico, en las calzadas, y de las apretadas riadas humanas de las aceras; y me había avisado de la circulación veloz de los ciclistas en los carriles bici... Ignoraba que nosotros también sabemos correr sobre ruedas.

East River, Puente de Brooklyn y Brooklyn Heights

Ahora bien, amigos patinadores, hay que ser hábil y veloz en el carril bici pero muy prudente si se opta por la acera o no hay alternativa para ésta. Supongo que para sorpresa de demasiados españoles, hay que recordar que la acera es de los peatones; que todo ciclista debería desmontar si sube a la acera con su bici; y que un patinador, si es respetuoso y sensato, puede ir por el carril bici o por la acera sin que le llamen la atención. Si esto no se tiene claro, es mejor no montar en bici ni patinar en N.Y.

Lower Manhattan, desde Brooklyn Heights Promenade

Central Park, Alto Manhattan (9 agosto, 2014)


Sábado: a dónde ir. Muchos neoyorquinos -de a pie, ciclistas y patinadores- ni se lo preguntan. Las transversales, que conectan ambos lados (Este y Oeste) de la ciudad, y las avenidas East Drive y West Drive (de Norte a Sur) se cierran al tráfico; y, a un mes de las tempranas nevadas de septiembre, los cuerpos reclaman contacto con la naturaleza y el sol. Central Park proporciona eso y más.


Manhattan (vista Norte): Central Park y Hudson River, desde Top of the Rock - Rockefeller Center 

Harlem Meer

Bethesda Fountain. East Green

Bethesda Terrace

El parque, de 340 hectáreas (unos 4 kilómetros de largo por unos 800 metros de ancho), encapsulado entre interminables arterias de hierro y hormigón, constituye el corazón-pulmón de Nueva York. En 1858, este antiguo solar ocupado por canteras, chabolas de inmigrantes, granjas de cerdos y lodazales fue reconvertido en un conjunto de colinas, lagos y praderas, entre las que afloran el subsuelo rocoso de Manhattan y más de 500.000 árboles y arbustos.


Jackie Onassis Reservoir

"The Lake" y "Bow Bridge"

Dakota Building, última residencia de John Lennon.

Strawberry Fields. Central Park West

Dispone de zonas de juegos, pistas de patinaje y lagos que -al helarse- se convierten en pistas cada invierno, embarcaderos, campos de tenis y de baseball, una granja victoriana, fuentes, museos, piscinas, rincones para la música, tabernas al estilo anglosajón, un castillo (por qué no), un teatro shakespeareano y un zoo.
Si hubiésemos podido, el sábado siguiente habríamos vuelto a Central Park. Prácticamente todas las atracciones son de pago opcional -gratuitas si se quiere- y, para comer, hay una opción muy original y recomendable, en lo nutritivo y en lo económico: el Whole Foods Market del Time Warner Center - 10, Columbus Circle (en la esquina suroeste del parque). De la experiencia de patinar en un parque así, ¿qué puedo decir que no os imaginéis (o sepáis ya)?
Abajo podéis ver el mapa del parque, sobre el que aparecen señalados: el punto de partida y de regreso de nuestro recorrido (estrella azul); el sentido obligatorio de la ruta (flechas azules); y la zona donde se reúnen los Central Park Dance Skaters de N.Y. (estrella amarilla).


Ruta de bici & skate en Central Park

Belvedere Lake, desde Belvedere Castle


Saludos, amigos de PATINALBA -Albacete- y de PATINAMOS -Granada-,
de Álvaro, Rosa & Carlos


martes, 5 de agosto de 2014

POR LOS CERROS DE LA PENÍNSULA - 1 


Julio de 2014. 17 jornadas de Camino a través de los montes del Occidente de Asturias y de Galicia: Oviedo - Cabruñana (Grado) - Salas - Tineo - Campiello - ruta de los Hospitales y el Puerto del Palo - La Mesa - Castro (Grandas de Salime) - Fonsagrada - O Cádavo Baleira - Lugo - San Román de Retorta - Melide - Santa Irene - Santiago de Compostela Negreira - Olveiroa - Muxía - Fisterra y Cabo de Finisterre




De acuerdo, este no era Año Santo Jacobeo: las carreteras, las corredoiras y las sendas estaban razonablemente despejadas de peregrinos. Los albergues ya no son lo que eran, en general y para bien, dicen los veteranos; y, como no ha habido que pugnar mucho por una plaza para pernoctar, tanto mejor. La climatología ha sido más clemente allí donde esperábamos lluvia y barro que allí donde nos aguardaba el abrasador asfalto de mediados de julio. Y, aunque la información kilométrica de los hitos es bastante mejorable, los bares, las tabernas y los ventorrillos aparecen, casi siempre, donde el cuerpo va pidiendo refacción.

No, nuestra peregrinación no ha sido excesivamente lacerante. Por qué había de serlo. Esta ruta del Camino, la más antigua, discurre en buena parte por trazados de calzadas romanas atravesando montes y valles tan hermosos como recoletos; cruzando la ciudad de Lugo, sede de la Catedral de Santa María y de la única muralla romana completa hoy en día; y ofreciendo abundantes alternativas para alojarse y yantar bien. No hay por qué dudar de que en el primer tercio del siglo IX el rey astur Alfonso II, el Casto, sintiese la necesidad de confirmar que los restos hallados en Compostela eran realmente los del apóstol. Pero, desde entonces, ha llovido lo suyo y hasta el Arzobispado de Santiago de Compostela contempla diversos motivos para ponerse en camino.

Una jornada memorable: la quinta etapa de camino, por la temida Sierra de los Hospitales y el Puerto del Palo, fue magnífica y nos ahorró perder altura entre Campiello o Borres y La Mesa. No sé si es que sólo un montañero puede apreciar su comodidad. Los demás caminantes prefirieron la supuesta conveniencia del asfalto, para evitar el barro y la neblina, y se arrepintieron. Así, dejando Pola de Allande fuera de ruta, pudimos compensar el retraso causado por unas indisposiciones en las jornadas previas; y la buena suerte de los intrépidos hizo que la pertinaz llovizna de la noche remitiese a media mañana, igual que en días anteriores. Sólo hubo un momento, en Montefurado... En que la visión alegórica de la muerte, sin capa pero con una guadaña de metro y medio de hoja, y la densidad del pan de hogaza de Casa Herminia casi nos sobrepasaron.




Un apunte crítico para quienes quisieran o debieran tomar nota. Conociendo la diferente orientación de la estrella-vieira -en Asturias, hacia Oviedo, y en Galicia, hacia Santiago- y poniendo un poco de atención, no hacen falta mapas para seguir la ruta. Ahora bien, otra cosa es planificar las etapas adecuadamente. Esto requiere buenas guías y buenos mapas. Los esquemas, en los que la indicación de las distancias se expresa en kilómetros lineales y es, por tanto, imprecisa al acumularse desnivel, pueden jugársela a muchos caminantes.

Pues bien, los únicos que disponían de una edición del Camino Primitivo en un formato práctico eran los alemanes y los austríacos que hemos conocido. Ni las librerías asturianas ni las librerías gallegas donde hemos preguntado tenían algo siquiera remotamente similar. En un bar de Salas (Asturias) vi la única guía del Camino Primitivo, editada por Cajastur aunque en las sucursales de la entidad no la recuerdan ya. Digna de comentar, la cara de estupor de los funcionarios de turismo y de los voluntarios de las oficinas de información al peregrino, cuando se les pregunta si existe una guía que reúna todas las etapas del Camino Primitivo, las asturianas y las gallegas. Para eso haría falta que quisieran ponerse de acuerdo quienes tuvieran que hacerlo. Qué ingenuidad: esto es España. La orientación de las estrellas-vieira habla por sí misma.

En fin, el Camino merece cerrar la entrada opinando positivamente, a partir de nuestra experiencia subjetiva. Albergues muy recomendables: el albergue juvenil de Castro, el albergue-pensión "Cantábrico" de Fonsagrada, el "Albergue de Peregrinos Santa Irene", el albergue "Bela Muxía" y el "Albergue do Mar" de Fisterra. Establecimientos para comer muy bien: "Casa Pachón" en Salas, el albergue juvenil de Castro, el Restaurante "Cantábrico" de Fonsagrada, la pulpería "Curros" en Melide, el "Albergue de Peregrinos Santa Irene", el Callejón Entrerruas (entre Rúa Nova y Rúa do Vilar) y "O·Dezaseis - Casa de Xantar" en Santiago de Compostela y el "Bodegón El Cordobés" en Muxía.



Capilla del Cristo de los Afligidos. La Pereda. Asturias

Camino de Obona. Asturias

La Mortera. Asturias

Ascenso a la Sierra de los Hospitales. Asturias

Sierra de los Hospitales y Alto de El Palo (al fondo)

Camino de Montefurado. Asturias

Alto en la Capilla de Santa María de Buspol. Asturias -7 de julio-


Presa del Embalse de Grandas de Salime. Asturias

Albergue juvenil de Castro. Asturias

Campanario de la Iglesia de Bustelo del Camino. Asturias

Corredoira entre Bustelo y el Puerto El Acebo (límite autonómico)

Restaurante Cantábrico, en Fonsagrada. Galicia

Alto en Paradevella. Galicia

Palloza pequeña sin mampostería en el Alto de Fontaneira. Galicia


Retablo del Apóstol en la Ermita del Carmen, en Castroverde. Galicia


Muralla de Lugo. Galicia

Río Miño a su paso por Lugo
  
Sierra de O Hospital, camino de Melide, donde el Camino Primitivo enlaza con el Francés

"Turismo Melide" - facebook (12 de julio, 2014)


Santa Irene, a las puertas de Santiago de Compostela

Brindis en Santa Irene


Labacolla, camino del Monte do Gozo


Alto en el camino al Monte do Gozo

Santiago de Compostela desde el Monte do Gozo


Auto-chequeo en la Plaza del Obradoiro. Santiago de Compostela

Nosa Señora da Barca, en reconstrucción. Muxía

Ría do Porto desde Muxía

Faro de Finisterre


Fisterra y Playa da Langosteira

Plato marinero en Fisterra


Plaza del Obradoiro desde la Catedral. Santiago de Compostela

Azabachería. Santiago de Compostela

Interior de O·Dezaseis - Casa de Xantar


Completando huecos en la credencial

Compostelas y otros méritos


Despedida

Misa del peregrino, en la Catedral de Santiago de Compostela



Saludos, camaradas: José Luis, Begoña, Cecilia, Antonio y Maribel.

Más saludos para todos esos caminantes con los que hemos compartido camino, cerveza, inclemencias, plátanos, queso, risas y sudores; nada más, las heridas y el polvo son intransferibles.

Y un beso infinito, Emma. Este primer Camino VA POR TI.