sábado, 19 de mayo de 2018


Ruta circular del Río Tús  
Por los cerros de la Península – 10: Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima (Albacete y Jaén). ¿Cómo transitar por ambos en una jornada y consumar placenteramente la caminata? 

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Día 12 de mayo, 2.018. Ruta circular de 17,5 kilómetros desde Collado Tornero (Yeste): Puente de Collado Tornero (790 m) – sendero del Arroyo de las Marinas – Torcas del Camino – Puntal de la Escaleruela (1.339 m) – Vereda de Siles – Pozo Romero – Base de la Peña Marranera (1.460 m) – Puntal y Cuesta del Caballo – Aserradero del Río Tús (Siles, Jaén) – Vado del Aserradero (954 m) – Umbría del Cuquillo – Collado del Cortijo de la Cañada del Avellano (1.304 m) – Senda de los Voladores – Vaguada de Pradomira – Tinada de Eulogio – Collado Tornero. Hoja 866-III, Tús – MTN 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.

He vivido la mitad exacta de la vida en Albacete, una provincia más conocida por sus llanos pre-manchegos –y por las Llanos– que por sus sierras pre-béticas. Pero, haciéndole justicia, la riqueza paisajística de esta tierra es muy poco común. Los camaradas caminantes sabéis cómo me emociona recorrer esos rincones anacrónicos escondidos en nuestras sierras; y sabéis que la emoción se reduplica cada vez que traspasamos los límites de la provincia y entramos en el Sur. En el Parque Natural de los Calares ambas cosas suelen coincidir en el día. Entonces, perdonadme la sensiblería, los aires castellano-manchegos se me encuentran con las esencias andaluzas.

A petición de mi amigo Manuel, reeditamos una ruta que hemos hecho varias veces hacia el final de la temporada estival por necesidad ya que, habitualmente, regresamos desde el punto más distante caminando por el curso del Tús con poco caudal, zambulléndonos en las pozas y los remansos para rebajar el acaloramiento, hasta la aldea de Collado Tornero. Esta versión es mucho menos acuática pero es bastante más variada o “dramatic”, se diría en inglés, puesto que progresa por arroyos, una vía pecuaria muy aérea con buitreras y canchales, collados, cuestas y puntales pedregosos, torcas, torrentes, umbría boscosa, vados y vadillos, verdes vallejos y el Río Tús.

En la entrada de hoy no voy a hacer una descripción de la ruta, pero sí apuntaré algunas impresiones y una leve frustración.

La primera impresión, la llegada al alto del Puntal de la Escaleruela y el arranque de la Vereda de Siles, desde donde se deja atrás el Hueco de Tús y se divisa el apabullante barranco del río, con el Estrecho del Diablo a nuestros pies; mientras, frente a nosotros, los buitres leonados describen sus espirales ascendentes de reconocimiento.

Luego, los tramos de vereda de Pozo Romero, ya en el término de Siles, y los muros del cortijo abandonado donde almorzamos –aunque podríamos habernos acercado a la plaza de toros– nos reservan unos instantes de sosiego antes de acometer el descenso de la Cuesta del Caballo hasta la apacible pradera del Aserradero.

El enlace del camino del aserradero, por el vado, con la trocha de la cuesta de la Umbría del Cuquillo resulta más sencillo de lo previsto. Lo menciono porque hay que conocer o intuir la trocha; no la busquéis en los mapas topográficos, no aparece. La empinada rampa hasta el alto del puntal Norte de la Sierra del Cuquillo nos saca rápido del barranco del Tús.

A pocas decenas de metros de canchal, bajo el alto, queda el cortijo de la Cañada del Avellano. El bucólico paraje, ya abandonado por el hombre, da cobijo a mamíferos grandes como la cabra montesa, el ciervo y el jabalí. Cañada adentro, abunda la encina y la jara. Al fondo, se alzan la formidable sima del Calar de la Sima y el Cerro del Mentiras.

En ese adornado y tranquilo anfiteatro sorprendemos a una piara de jabalíes, que se repliega en cuanto oye el primer chasquido de una rama. Pese a tener el viento de cara, José Luis pierde una ocasión fotográfica excelente. Por los menos, con las caballerías del Aserradero y con las cabras montesas ha habido mejor suerte.

Retrato en el Aserradero de Tús.
Foto de Felipe Salas

El paso por el Arroyo de Pradomira, siempre es refrescante aunque no entremos a buscar el manantial. Entre Fernando y yo, una sonrisa basta para recordar a Francisco el pastor del Pradomira y sus historias, tan cuerdistas y florezinas como las de los propios José Luis Cuerda y Wenceslao Fernández Florez.

La frustración, al final, nada tiene que ver con los soberbios barrancos y cerros de los que volvemos sino con un antojo gastronómico. Acabando la marcha se nos viene a la mente el potaje tobiqueño –de La Tobica– y no podemos darnos el capricho porque el bar no está abierto hoy. Otro día volveremos a buscar esa variante del potaje bochero.

Vista de Collado Tornero, Palancares y la Molata del Imperio desde el Arroyo de las Marinas.
Foto de Manuel Rodríguez Avendaño

Cuesta del Caballo, hacia el Aserradero.
Foto de Manuel Rodríguez Avendaño

El Aserradero de Tús.
Foto de Manuel Rodríguez Avendaño

Sierra del Cuquillo, descenso a la Cañada del Avellano.
Foto de Manuel Rodríguez Avendaño

El Hueco de Tús, desde el Puntal de Collado Tornero.
Foto de José Luis González

  
Saludos, camaradas:
Ceci, Felipe, José Antonio, Fernando, Manuel y José Luis.