CLAROSCURO Ibérico: agosto 2017

Por los cerros de la Península – 8

Tres rutas –más y menos familiares– por el Parque Nacional de los Picos de Europa. Asturias–Cantabria–Castilla y León

Pico Urriellu (cara Norte), desde los canchales
de Las Traviesas Occidentales (Jou Lluengo)

Dieciocho años me ha llevado volver no a Asturias pero sí a caminar por los cuetus y porrus del Parque Nacional de los Picos de Europa. Inexcusable, no volverá a suceder.

El Parque Nacional de los Picos de Europa, Parque Nacional de la Montaña de Covadonga (1918) antes de la ampliación e incorporación de los Macizos Central y Occidental en 1995, presenta una diversidad de paisajes y de usos tradicionales tan amplios como su gradiente altitudinal. Los meses de junio y de julio, con la debida atención y previsión, son los más benignos para caminar por estos bosques, riberas, pastizales y cumbres por puro placer o para descender en piragua por el Sella y el Deva, que abrazan los macizos del P.N. por el Oeste y por el Este respectivamente.

Preparando e improvisando, en un caso, las tres rutas de hoy y transitando por el Principado de Asturias, me han llamado la atención los topónimos que señalo en las primeras líneas. Se me han figurado las equivalencias asturianas de los cerros peninsulares, pero con mucha más sorna si se tiene en cuenta que no se trata de comunes elevaciones cónicas o redondeadas del terreno. Muchos de esos cuetos y “porros” de El Cornión, Los Urrieles y Andara son collados, crestas, peñascos o picos que pueden superar con creces los dos mil metros de altitud.

El Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes (2.519 m), por su parte, trasciende a otra categoría por varias razones. De hecho, su señorial y vertical emergencia entre los otros Urrieles (de la raíz “ur”, elevación evidente) bien pudo servir al geólogo Wilhelm Schulz para tratar de distinguirlo renombrándolo con el posible hidrónimo de “Naranjo” en el Mapa Topográfico de Asturias, que editó en 1.855. Y es cierto que en la Vega del Urriellu, bajo los 550 metros verticales de su cara Oeste, nace una fuente que pudo haber sugerido a Herr Schulz rescatar la voz prerromana “nara”.

Puede ser también que no haya que elucubrar. La luz del sol poniente confiere a la mole caliza un hermoso tono anaranjado cuando las habituales nubes lo consienten, aunque las cumbres rocosas de toda la cordillera ofrecen el mismo espectáculo cromático a la caída de la tarde. Pero salta a la vista desde cualquier ángulo que el Urriellu merece su distinción. En el campo del montañismo, es una cima fundacional del alpinismo ibérico. Las tres primeras ascensiones al pico fueron consumadas entre 1.904 y 1.916.

¡Hala, a caminar y a trepar donde no quede otro remedio!

Día 18 de julio, 2.017. Desfiladero del Río Cares (ruta lineal, ida y vuelta): Puente Poncebos (218 m) – Caín de Valdeón (460 m) – Puente Poncebos. Unos 24 Kms.

El Cares abre una garganta que separa El Cornión de los Macizos Central y Oriental, por lo que en otros tiempos constituía la única vía de comunicación entre Caín y Poncebos en la temporada de nieves. El camino actual, a ratos senda, fue abierto en la roca con motivo de la construcción (1916-21) y el mantenimiento del canal de suministro de la estación hidroeléctrica de Camarmeña-Poncebos. La ruta es tan sencilla que está excesivamente concurrida. En verano, si el cielo se despeja, se puede pasar mucho calor caminando a media ladera por esta garganta. Intuyo que hacia el final del invierno debe de resultar mucho más espectacular de lo que ya es.

Visor Iberpix 4. Instituto Geográfico Nacional

Volviendo la vista a Los Collados

Culiembro

Pasarela de los Martínez. La Cuesta Duja al fondo

Dobresengros, desde Las Rozas

Desde la riega de Las Parvulas,
límite entre Asturias y Castilla-León

Día 21 de julio, 2.017. Lagos y vegas de Covadonga (ruta circular de baja montaña): Área de Buferrera – Sohornín – Lago de Enol (1.060 m) – Vega de Enol – Vega de la Cueva – Collado Pan de Carmen – Mirador del Rey, Peña el Cuervu (1.065 m) – Collado Pan de Carmen – Vega de la Cueva – Bosque de Palomberu – La Fuentona (El Bricial) – Las Reblagas – Lago de la Ercina (1.100 m) – Refugio Entrelagos – Buferrera. Alrededor de 10 Kms.

Mientras la amplia mayoría de los turistas españoles se encamina al Refugio Entrelagos, sin dudar que eso sea lo que hay que hacer, nosotros traemos planeada esta ruta que deja el refugio y el Lago de Ercina para el postre. Solo los británicos, los franceses y los italianos parecen haberse informado bien sobre los parajes de estas cumbres. Mejor así, en beneficio del silencio y de la tranquilidad. La dificultad del recorrido es nula, excepto si uno entra en el laberíntico Bosque de Palomberu sin tener nociones básicas de orientación. Igualmente, es recomendable no impresionarse mucho ante la presencia del ganado vacuno y de los impresionantes sementales de raza rubia.

Visor Iberpix 4. Instituto Geográfico Nacional

Lago de Enol

Cabaña de pastores

Vega de Enol

Peña el Cuervu

Cabañas de pastores de La Beyera.
Al fondo, Porru Julagua (940 m)

Bosque de hayas de La Escampada de Palomberu

Aún en Palomberu

Las Reblagas y el Lago de Ercina

Lago de Ercina y La Veguina, al fondo

Día 25 de julio, 2017. Ruta triangular de media-alta montaña: Bulnes, La Villa (647 m) – Canal de Balcosín (desfiladero) – Jou Bajo – Canal de Camburero – Majada de Camburero – Las Traviesas Occidentales (Jou Lluengo) – Refugio J. Delgado Úbeda, Vega de Urriellu (1.953 m) – Las Traviesas Orientales (Jou Lluengo) – Collado del Vallejo – Refugio de la Terenosa – prados de La Jelguera – Bulnes (La Villa) – Canal del Tejo (Sendero de la Reconquista, GR 202) – Puente Poncebos (218 m). Poco menos de 19 Kms pero muy escarpados.

Esta ruta-triángulo sin nombre es totalmente improvisada. Exceptuando el calzado de montaña, nuestra indumentaria y complementos son, más bien, propios de turistas. Y el cartel informativo de la ruta Bulnes-Balcosín-Camburero-Vega de Urriellu (los 6 primeros kilómetros) del P.N. casi nos disuade al catalogarla como “ruta de dificultad muy alta”, principalmente por el desnivel (+ 1.300 m), por tres pasos en los que hay que hacer trepada –dos de ellos con ayuda de cable de acero– y por los canchales de Las Traviesas Occidentales, en los que la senda puede perderse.

De modo que, después de encargar un bocadillo asturiano (uno de esos con los que comen tres), iniciamos la ascensión a las 11:30. Demasiado tarde, pero cuando se improvisa... Tenemos que hacer alto cada poco, más para apreciar los escenarios que para descansar porque, a decir verdad, no podemos descansar mucho: el último funicular de Bulnes a Puente Poncebos sale a las 20:00. En el Refugio del Urriellu, entre las 16:15 y las 16:30, hay tiempo para reponer agua en la fuente, beber algo y comer unas almendras. No más. Otro motivo para apresurarse es que las nubes frontales, retenidas en la Sierra de Cuera en las primeras horas del día, han ido adentrándose y aproximándose.

Así, descendemos a muy buen paso, pero sin dejar de pararnos a mirar y a hablar con otros montañeros. Uno de ellos clasifica la ruta con el grado “de 3 nolotiles”, conforme al criterio de un conocido suyo. Lo comento aquí para no animar a nadie a venir sin ellos si lo cree necesario. El Refugio de la Terenosa y los prados de La Varera y La Jelguera convidan a entretenerse pero es imposible, son las 19:10. Bueno, una cerveza y un aquarius rápidos sí. En el Arroyo del Tejo tampoco es posible avanzar ágilmente por el barro y por la piedra resbaladiza.

Por La Villa de Bulnes, pasamos al sprint. Pero es inútil. La estación del funicular subterráneo está cerrada a cal y canto a las 20:10. En este minuto agradeceríamos algo menos de puntualidad. Aún podemos oír el motor de la maquinaria funcionando desde fuera del túnel, excavado en la roca. Aunque nuestros pies, ojos y estómago preferirían pernoctar en Bulnes, encajamos bien la circunstancia como una oportunidad de cubrir el tramo del GR 202 (Reconquista) que lleva a Puente Poncebos por el Canal del Tejo con las últimas luces del día. Esto desequilibra el desnivel acumulado (– 1.700 m).

Y una de las mejores cosas, en conclusión: la familia no llega a cometer parricidio poniéndoselo tan, tan en bandeja, porque Los Urrieles bien merecen la pena.