sábado, 3 de enero de 2015

POR LOS CERROS DE LA PENÍNSULA – 2 

Travesía en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Pirineo aragonés


1–2 de mayo de 2014. Pradera de Ordesa (aparcamiento: 1.330 m) – Barranco y clavijas de Cotatuero – Circo de Cotatuero (2.020 m) – O Troco y Faixa CollatueroO Furno de Mondarruego, pernocta (2.320 m) – Grau deros Gabachos – Brecha de Rolando (2.800 m) – Clavijas y Faja de los Sarrios – Faixa RoyaIbón Chelau, pernocta (3.050 m) – La Escupidera – Monte Perdido (3.355 m) – Collado del Descargador (2.498 m) – Collado de Millaris (2.457 m) – Faixa Langa – Refugio Góriz (2.195 m) – Clavijas y cola de caballo de Soaso (1.750 m) – Pradera de Ordesa.

Representación del Valle de Ordesa

Hablando de parques nacionales, con la temporada invernal inaugurada, permitidme empezar el nuevo año dedicando la entrada a esta travesía en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Planeada como travesía de tres días, el mal tiempo procedente del otro lado de los Pirineos aconsejó desistir de los objetivos (en gris) de la segunda jornada y de la ascensión al Mon Perdito. Las nubes se cerraron impidiendo el contacto visual con las cumbres y el viento septentrional nos empujó –litreralmente– de la fajas entre Tobacor y Tres Serols hasta el Valle de Ordesa, ya que el Refugio de Góriz estaba ocupado por completo.

Refugio de Cotatuero

La primera jornada amanece y continúa soleada, hasta la caída de la tarde. Comenzamos la marcha con la única aflicción de cómo se nos darán las clavijas de Cotatuero con tanto peso –unos 22 kilos por mochila– y de si la altura y la verticalidad de las paredes del circo no nos atenazarán. Por fotografías, sabemos a dónde vamos. Una vez allí, nos encontramos con una instalación impecable: un paso emocionante pero seguro, siempre que se utilice el equipo adecuado y se prescinda del vértigo. Al alcanzar el aliviadero de la cascada de Collatuero Baixo, los 150 metros de la vía ferrata saben a poco.

Paredes del Circo de Cotatuero. Foto: Felipe Salas
Clavijas de Cotatuero. Foto: F. Salas

Clavijas de Cotatuero. Foto: F. Salas

Clavijas de Cotatuero. Foto: F. Salas
Tras hacer mediodía, debemos cubrir los 300 metros de desnivel restantes para llegar a O Furno, punto de pernocta. La tarde nos proporciona unas horas muy agradables. Tan solo hay que tener la precaución de evitar ciertos pasos y sendas estivales por el estado de la nieve, lo que justifica seguir ascendiendo por O Troco. Las soleadas laderas de Mondarruego permiten una rápida progresión con las raquetas, así que nos entretenemos al ofrecerse a nuestra vista la Falsa Brecha, primero, la Brecha y el Casco, que ya no volveremos a ver por esta vez. Las nubes y un fino aire han empezado a saltar a este lado desde Francia… Hay que montar las tiendas a toda prisa. La noche promete ser “interesante”, palabra profética de José Luis.

Collatuero Baixo. Foto: Felipe Salas

Collatuero Baixo. Al fondo, Umbría de Ordesa y Siarra Corquera Foto: Felipe Salas
Decisiones. Foto: Felipe Salas
Decisiones. Foto: Felipe Salas
Contacto visual con La Brecha de Rolando. Foto: José Luis González
Una foto para mamá
Otra foto para mamá

Mallata Barrau, O Furno de Mondarruego. Foto: Felipe Salas

Rolando enfurece y desata la ventisca. Foto: Felipe Salas
El campamento queda montado justo a tiempo. Foto: Felipe Salas

Al día siguiente, las silenciosas auto-promesas individuales de no pernoctar en la Laguna Helada, 800 metros más alto, se ponen en común. Emprendemos la marcha hacia Góriz. Si el tiempo mejorase, ya reconsideraríamos la ascensión al Monte Perdido. Pero las condiciones tienden a empeorar. La visibilidad de las cimas es nula y el viento azota con fuerza en los collados. Según el estado de la nieve y la inclinación de las laderas, vamos intercambiando los crampones y las raquetas. Las laderas noreste de Tobacor quedan al abrigo del viento punzante. En cambio, en el descenso de Góriz a Suaso y en las propias clavijas de Suaso, el peso de las mochilas resulta fundamental para no salir volando con las constantes ráfagas, como la cola de caballo, hasta el Río Arazas.

El campamento por la mañana. Foto: José Luis González
Hay que evitar Grau deros Gabachos. Foto: Felipe Salas
Hacia el Collado del Descargador (Collata os Crabineros). Foto: Felipe Salas
Refugio de Góriz - Delgado Úbeda
Descenso desde el Refugio de Góriz. Valle de Ordesa
Descenso hacia las clavijas de Soaso. Foto: Felipe Salas

A pesar del recorte y de no hacer ninguna cumbre, la travesía ha sido muy hermosa y satisfactoria, tanto en lo personal como en cuanto al entendimiento del grupo. Las decisiones han sido las correctas y, así, el disfrute óptimo. En el día que ha quedado libre, Bujaruelo, Pineta y el Parador Nacional de Bielsa, Torla y El Duende completan el fin de semana pirenaico con otras satisfacciones que no desmerecen con respecto a las experimentadas en los circos y en las fajas de Ordesa. Allá arriba ha quedado el disfrute puro de la naturaleza y de la libertad personal, siempre ajustado por el medio y por nuestras capacidades. Nunca hay que olvidarlo.

El Monte Perdido, desde el Valle de Pineta. Foto: Felipe Salas
Mon Perdito asomando por encima de Feixa y Morrón d'es Maquis. Foto: Felipe Salas

Con este “Por los cerros de la Península – 2”, felicito el Año Nuevo a mis camaradas,
los adictos a la Adrenalina 100% y los Sanferminators Ltd.
¡PAZ, SALUD e ILUSIÓN!


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